Es de libro

Es de libro

lunes, 17 de febrero de 2014

La muerte madrina

La muerte madrina es una leyenda escrita por los hermanos Grimm.

Esta leyenda cuenta la historia de un hombre que vivía en la humildad y que tenía muchos hijos. Cuando su decimotercer hijo estaba a punto de nacer, decide buscar un padrino o una padrina para que se encargue de que no le falte de nada.
Primero pasa Dios, y le dice al campesino que él será el padrino del niño. El hombre rechaza su ofrecimiento diciendo que Dios no reparte con justicia entre todos los hombres. Más tarde, llegó el diablo con la intención de ser el padrino y, de nuevo, el campesino rechazó la oferta diciendo que el demonio engañaba a los hombres.  Por último, la muerte se acercó a hablar con el campesino y le dijo: Yo seré la madrina de tu hijo. Yo trato a todos los hombres por igual, ya sean ricos y pobres. Prometo que haré que a tu hijo nunca le falte nada y lo convertiré en un hombre de provecho.
El campesino aceptó y la muerte se convirtió en la madrina de su hijo.

El niño creció hasta ser un muchacho fuerte y sano. Como la muerte prometió, nunca le faltó nada. Un día, la muerte se presentó ante su ahijado y le dijo que lo siguiera. El muchacho fue guiado hasta un bosque, donde la muerte le dijo que lo convertiría en un gran doctor. Le señaló unas hierbas que crecían en un árbol y le dijo: Cuando vayas a ver a tus pacientes, yo siempre estaré a tu lado. Si me encuentro en la cabecera de la cama, significa que el enfermo se curará. En ese caso, dale estas hierbas. Si, por el contrario, me encuentro a los pies de la cama, el enfermo morirá y yo me lo llevaré.
Por último, la muerte le dio una advertencia al muchacho: Ni se te ocurra darle esta hierba a alguien sin mi consentimiento. Si lo haces, lo pagarás caro.


En poco tiempo, el muchacho ya se había vuelto un médico famoso y de prestigio. Todos decían que, con solo ver al enfermo, podía decir si se curaría o no. Un día, el rey se puso enfermo y fue el joven médico el que se hizo cargo de su revisión. Cuando vio que la muerte estaba a los pies de la cama, pensó en engañar a su madrina. Cogió al rey y lo puso del revés, quedando sus pies en la almohada. Entonces, le dio la hierba y el rey recuperó su salud. La muerte, muy enfada, fue a ver a su ahijado y, después de perdonarlo, le dijo que si volvía a engañarla se lo llevaría con ella.

Poco después, la hija del rey cayó enferma. El rey le prometió al médico que le dejaría casarse con su hija si conseguía curarla. El muchacho vio que la muerte estaba a los pies de la cama de la princesa y decidió pasar por alto la amenaza de su madrina y curar a la princesa.



La muerte apareció, tal y como había dicho. Agarró con fuerza al muchacho y lo llevó a una cueva en la que había miles de hileras de luces. La muerte le explicó que las velas representaban a las personas y que cuanto más tiempo de vida le quedaba a esa persona, más fuerte y brillante era la luz. El médico quiso saber cuál era su luz y la muerte le señalo una a punto de consumirse. El muchacho le regó que avivara la llama de su luz y la muerte, rencorosa, hizo como si fuera a concederle su deseo. Entonces, tiró la luz de su ahijado al suelo y el muchacho acabó en las garras de la muerte.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.